La bignonia ha abierto ya una docena de ramilletes y está desarrollando algunos más. Las flores tienen un olor muy sutil y dulce. La puse en la primavera del año pasado, en otoño sacó nada más que un ramillete, y en este su segundo año ya ha dado más flor. A ver si el que viene saca aún más... imagino que dependerá también de cuando la pode y cómo la pode... investigaré sobre ello.
Este lugar donde está la bignonia estaba reservado para una glicinia que puse en el 2021. Me parece una planta más bonita, es más frondosa, con hojas de más cuerpo y flores más bellas. Creció bien pero al irme a pasar el mes de agosto al pueblo no aguantó la sed, aunque me pasaba una vez a la semana a regar... se secó. La aguanté en la jardinera a ver si rebrotaba, y así fue, la siguiente primavera volvió a brotar y creció incluso con más vigor, pero al llegar el siguiente agosto volvió a pasar lo mismo. La volví a dejar a ver si brotaba de nuevo, pero antes de llegar la primavera me quedé con la mata en la mano sin apenas tocarla por lo seca que estaba
Así que, ya entrada la primavera, y con mucho pesar por no poder poner una glicinia, busqué una trepadora que aguantase mejor la sequía pensando en que paso el mes de agosto siempre fuera y me decidí por la bignonia rosa. Y con la bignonia recién plantada, antes de irme de nuevo en agosto, finalmente me decidí a poner el riego automático, así que podría haber puesto una glicinia si me hubiese decidido mes y medio antes con el riego...
Si algún día me toca rehacer la jardinera o si la bignonia llega a su fin, la cambiaré por una glicinia de todas todas.
¡Perdonad por el tocho!
Unas fotos de la bignonia al final de esta tarde, ya con poca luz: