1. ¿Qué es un sustrato y por qué es importante?
Son todos aquellos elementos sólidos que permitan el anclaje del sistema radicular de las plantas. Pueden ser orgánicos, inorgánicos o inertes, pero lo más habitual es encontrar una mezcla de ellos.
Un sustrato no solamente proporciona un medio de anclaje para la planta, también proporciona el alimento y alberga el agua que necesitan para un desarrollo óptimo.
Un hecho que debemos tener en cuenta es que el sustrato sirve de hábitat de numerosas especies de insectos, hongos y microorganismos que son necesarios para que las plantas crezcan lo más sanas posible.
2. Tipos de sustratos según su composición.
- Orgánicos: Son todos aquellos elementos que sí aportan materia orgánica (MO), es decir, que nutren. En este grupo es habitual encontrar el humus de lombriz, las turbas, el compost, las tierras enriquecidas, el estiércol madurado, etc...

- Inorgánicos: Son todos aquellos que no aportar MO, pero pueden reaccionar químicamente con los demás elementos del sustrato y con las plantas.
Otra de sus funciones es aportar estructura al sustrato. Cuando hablamos de estructura, nos referimos a que no es un sustrato compacto, sino que existen diversas granulometrías, que favorecen la aireación de las raíces. Muchos de estos elementos inorgánicos también cumplen un papel esencial en la retención de agua y su liberación progresiva. En este grupo se puede encontrar la arlita, perlita, zeolita, akadama, greda volcánica, etc...
- Inertes: Son todos aquellos que no aportan MO y tienen poca o ninguna interacción química con las plantas o microorganismos. No obstante; sí que aportan estructura al sustrato y un medio de anclaje para las raíces. Son muy útiles en modalidades de cultivo como la hidroponía, en la que solo se necesite un anclaje para las raíces y se aporten los nutrientes de forma manual. En este grupo se puede encontrar la grava, la arena de sílice y el carbón vegetal, entre otros.
3. Características importantes de un sustrato.
Estructura: cuando
hablamos de la estructura de un sustrato nos referimos a como está formado y a sí cumple una serie de parámetros que harán de nuestra mezcla el sustrato ideal para cada necesidad. Hablar de estructura es hablar de porosidad y de granulometría, principalmente.
El hecho de que un sustrato sea poroso indica que existen espacios entre los elementos que lo
conforman. Nos encontramos con los macroporos y los microporos.
- Los macroporos son los que proporcionan una vía de escape al agua que sobra después de regar, llover, etc. Sin estos macroporos el agua se quedaría estancada durante mucho tiempo, pudiendo afectar de forma negativa a las raíces de la planta. Tienen una función esencial y es que cuando no hay agua cayendo por ellos hay aire cubriendo todas esas galerías en miniatura. El aire ayuda a la oxigenación de las raíces. Este es un factor indispensable en cualquier cultivo sano. Sin aireación no hay salud.
- Los microporos son mucho más pequeños que los macroporos y su función es almacenar agua y nutrientes que mantiene a disposición de la planta. Estos microporos se van vaciando a medida que se van liberando los nutrientes para la planta o se entrega el agua a las raíces de la misma.
El término granulometría es el que da lugar a estos espacios mencionados en el sustrato. Si en un sustrato solo hay un mismo elemento y tiende a compactarse, el número de macro y microporos se verá reducido, pudiendo afectar a la planta.
En lo referente a sustratos, la variedad por norma general suele ser sinónimo de salud. Siempre que se haga una selección de los elementos con criterio.
4. Capacidad de intercambio catiónico (CIC).
Este punto es un pelín más técnico, pero voy a intentar explicarlo de la forma más sencilla posible. La (CIC) es la capacidad de retener y liberar nutrientes que tiene un sustrato. Es la despensa de las plantas y evita que dichos nutrientes se vayan limpiando o lixiviando riego tras riego.
[Un ejemplo práctico para entenderlo mejor es añadir arena de playa a una maceta llena de piedras de diferentes tamaños. Conforme se va regando, esa arena se va perdiendo por los agujeros de drenaje. La arena son los nutrientes que necesitan las plantas y las piedras los componentes que forman el sustrato.]
Existen componentes que retienen mejor los nutrientes. Algunos de ellos son la arcilla, la zeolita, la akadama, la turba y el humus de lombriz. En este punto cabe destacar que el motivo por el que la arcilla, zeolita y akadama se consideran elementos con buena CIC, es distinto al de la turba o el humus de lombriz.
También existen componentes que no tienen tanta capacidad para retener nutrientes. Algunos de ellos son la arena de sílice, la grava, perlita o la arlita.
Que no retengan nutrientes no implica que no sean necesarios o recomendables para formar parte de un sustrato. Elementos como la arlita no retienen muchos nutrientes pero si agua, además de garantizar la estructura antes mencionada. Lo mismo puede pasar con la perlita.
5. El pH.
El pH es otro de los factores fundamentales que deben tenerse en cuenta cuando se crea un sustrato o se quiere sembrar o plantar en el suelo. Hay componentes que suben y bajan el pH.
¿Existe un pH ideal? La respuesta es no.
Obviamente que esté por dejado de 5'5 o por encima de 8'5 suele ser un problema de cara a la viabilidad de cualquier planta, ya sea en maceta o suelo, pero entre el 5'5 y el 8'5 hay todo un mundo de posibilidades. El pH ideal es el que prefiera la planta que quieras establecer en ese sustrato.
Elementos como la turba (rubia o negra), la pinocha (verde), la corteza de pino o el compost con predominancia de árboles como el roble o el pino, bajan el pH del sustrato, mientras que otros como la ceniza o la cal suben el pH.
Suele haber problemas en muchas regiones de España por los cultivos en suelo y el riego con aguas duras (ricas en cal). Por eso en muchos casos se tiende a corregir de forma manual el pH de ese suelo.
6. Ejemplos de sustratos y las plantas ideales para ellos.
A continuación nombro ocho grupos entre los cuales se puede encontrar casi cualquier especie del mundo y el sustrato que se puede considerar ideal para cada grupo.
Sustrato para plantas verdes.
40% turba rubia o fibra de coco.
30% perlita, akadama, grava o arlita.
30% humus de lombriz o compost.
Sustrato para cactus y crasas.
70% akadama, ladrillo machacado, grava volcánica.
20% humus de lombriz.
10% arlita.
Sustrato para plantas ornamentales.
30% turba o fibra de coco.
30% humus de lombriz.
20% perlita.
20% arlita.
Sustrato para plantas acidofilas (camelias, azaleas, rododendros...)
40% turba rubia.
30% corteza de pino.
20% arlita.
10% humus lombriz.
Sustrato para bonsáis.
70% akadama.
30% kiryuzuna.
Sustrato para huerta y árboles frutales.
40% compost.
30% turba.
20% perlita.
10% estiércol maduro.

Sustrato para orquídeas.
60% corteza de pino.
20% humus de lombriz.
20% carbón vegetal.
Sustrato para plantas carnívoras.
60% turba rubia.
30% perlita.
10% musgo sphagnum.
7. Cosas que no se suelen explicar y viene bien saber:
7.1 Elementos como la grava, la perlita, la akadama, el kiryu, la grava/greda volcánica, arlita y similares es recomendable lavarlos (meterlos en remojo y aclararlos) antes de utilizarlos. Contienen mucho polvo que tapona esos poros que hacen a estos elementos indispensables para un sustrato ideal.
7.2 Antes de comprar una planta es recomendable saber qué pH necesita en el sustrato. Plantas como las azaleas, rododendros, gardenias, hortensias y demás necesitan un pH ácido. Si no proporcionamos el sustrato adecuado, habrá problemas a corto o medio plazo. Todo dependerá de la especie y lo tolerante que sea.
7.3 Que un sustrato sea muy drenante no implica regarlo todos los días.
7.4 Un sustrato rico en nutrientes es importante, pero ningún sustrato es eterno y habrá que abonarlo para ir aportando nutrientes nuevamente a la mezcla.
7.5 Los sustratos comerciales no siempre son la mejor opción. Generalmente los sustratos que ya se venden hechos suelen dejar bastante que desear excepto un par de marcas concretas. Por eso siempre recomiendo hacer las mezclas nosotros mismos. Podemos ajustarnos mucho más a los parámetros que necesita cada una de nuestras plantas. Solo hay que jugar con los porcentajes.
7.6 Añade siempre en el fondo de la maceta dos o tres dedos de arlita o grava (es un material mucho más barato) hará de punto de drenaje, de aireación y evitará que se encharque la maceta con el plato.
8. Conclusión.

Existen los sustratos ideales de forma teórica y sobre el papel, pero aún a riesgo de que parezca contradictorio, el sustrato que para mí es ideal, puede no serlo para ti y no pasa absolutamente nada. Cada quien conoce las condiciones de su casa, su suelo y sus plantas.
Puedes tomar las mezclas mencionadas como puntos de partida y experimentar a partir de ahí. De eso trata está bonita afición.
Prueba, experimenta, equivócate, investiga y disfruta del proceso.

Son todos aquellos elementos sólidos que permitan el anclaje del sistema radicular de las plantas. Pueden ser orgánicos, inorgánicos o inertes, pero lo más habitual es encontrar una mezcla de ellos.
Un sustrato no solamente proporciona un medio de anclaje para la planta, también proporciona el alimento y alberga el agua que necesitan para un desarrollo óptimo.
Un hecho que debemos tener en cuenta es que el sustrato sirve de hábitat de numerosas especies de insectos, hongos y microorganismos que son necesarios para que las plantas crezcan lo más sanas posible.
2. Tipos de sustratos según su composición.
- Orgánicos: Son todos aquellos elementos que sí aportan materia orgánica (MO), es decir, que nutren. En este grupo es habitual encontrar el humus de lombriz, las turbas, el compost, las tierras enriquecidas, el estiércol madurado, etc...

- Inorgánicos: Son todos aquellos que no aportar MO, pero pueden reaccionar químicamente con los demás elementos del sustrato y con las plantas.
Otra de sus funciones es aportar estructura al sustrato. Cuando hablamos de estructura, nos referimos a que no es un sustrato compacto, sino que existen diversas granulometrías, que favorecen la aireación de las raíces. Muchos de estos elementos inorgánicos también cumplen un papel esencial en la retención de agua y su liberación progresiva. En este grupo se puede encontrar la arlita, perlita, zeolita, akadama, greda volcánica, etc...
- Inertes: Son todos aquellos que no aportan MO y tienen poca o ninguna interacción química con las plantas o microorganismos. No obstante; sí que aportan estructura al sustrato y un medio de anclaje para las raíces. Son muy útiles en modalidades de cultivo como la hidroponía, en la que solo se necesite un anclaje para las raíces y se aporten los nutrientes de forma manual. En este grupo se puede encontrar la grava, la arena de sílice y el carbón vegetal, entre otros.
3. Características importantes de un sustrato.
Estructura: cuando

El hecho de que un sustrato sea poroso indica que existen espacios entre los elementos que lo
conforman. Nos encontramos con los macroporos y los microporos.
- Los macroporos son los que proporcionan una vía de escape al agua que sobra después de regar, llover, etc. Sin estos macroporos el agua se quedaría estancada durante mucho tiempo, pudiendo afectar de forma negativa a las raíces de la planta. Tienen una función esencial y es que cuando no hay agua cayendo por ellos hay aire cubriendo todas esas galerías en miniatura. El aire ayuda a la oxigenación de las raíces. Este es un factor indispensable en cualquier cultivo sano. Sin aireación no hay salud.
- Los microporos son mucho más pequeños que los macroporos y su función es almacenar agua y nutrientes que mantiene a disposición de la planta. Estos microporos se van vaciando a medida que se van liberando los nutrientes para la planta o se entrega el agua a las raíces de la misma.
El término granulometría es el que da lugar a estos espacios mencionados en el sustrato. Si en un sustrato solo hay un mismo elemento y tiende a compactarse, el número de macro y microporos se verá reducido, pudiendo afectar a la planta.
En lo referente a sustratos, la variedad por norma general suele ser sinónimo de salud. Siempre que se haga una selección de los elementos con criterio.
4. Capacidad de intercambio catiónico (CIC).
Este punto es un pelín más técnico, pero voy a intentar explicarlo de la forma más sencilla posible. La (CIC) es la capacidad de retener y liberar nutrientes que tiene un sustrato. Es la despensa de las plantas y evita que dichos nutrientes se vayan limpiando o lixiviando riego tras riego.
[Un ejemplo práctico para entenderlo mejor es añadir arena de playa a una maceta llena de piedras de diferentes tamaños. Conforme se va regando, esa arena se va perdiendo por los agujeros de drenaje. La arena son los nutrientes que necesitan las plantas y las piedras los componentes que forman el sustrato.]
Existen componentes que retienen mejor los nutrientes. Algunos de ellos son la arcilla, la zeolita, la akadama, la turba y el humus de lombriz. En este punto cabe destacar que el motivo por el que la arcilla, zeolita y akadama se consideran elementos con buena CIC, es distinto al de la turba o el humus de lombriz.
También existen componentes que no tienen tanta capacidad para retener nutrientes. Algunos de ellos son la arena de sílice, la grava, perlita o la arlita.
Que no retengan nutrientes no implica que no sean necesarios o recomendables para formar parte de un sustrato. Elementos como la arlita no retienen muchos nutrientes pero si agua, además de garantizar la estructura antes mencionada. Lo mismo puede pasar con la perlita.
5. El pH.
El pH es otro de los factores fundamentales que deben tenerse en cuenta cuando se crea un sustrato o se quiere sembrar o plantar en el suelo. Hay componentes que suben y bajan el pH.
¿Existe un pH ideal? La respuesta es no.
Obviamente que esté por dejado de 5'5 o por encima de 8'5 suele ser un problema de cara a la viabilidad de cualquier planta, ya sea en maceta o suelo, pero entre el 5'5 y el 8'5 hay todo un mundo de posibilidades. El pH ideal es el que prefiera la planta que quieras establecer en ese sustrato.
Elementos como la turba (rubia o negra), la pinocha (verde), la corteza de pino o el compost con predominancia de árboles como el roble o el pino, bajan el pH del sustrato, mientras que otros como la ceniza o la cal suben el pH.
Suele haber problemas en muchas regiones de España por los cultivos en suelo y el riego con aguas duras (ricas en cal). Por eso en muchos casos se tiende a corregir de forma manual el pH de ese suelo.
6. Ejemplos de sustratos y las plantas ideales para ellos.
A continuación nombro ocho grupos entre los cuales se puede encontrar casi cualquier especie del mundo y el sustrato que se puede considerar ideal para cada grupo.
Sustrato para plantas verdes.
40% turba rubia o fibra de coco.

30% perlita, akadama, grava o arlita.
30% humus de lombriz o compost.
Sustrato para cactus y crasas.
70% akadama, ladrillo machacado, grava volcánica.
20% humus de lombriz.
10% arlita.
Sustrato para plantas ornamentales.
30% turba o fibra de coco.
30% humus de lombriz.
20% perlita.

20% arlita.
Sustrato para plantas acidofilas (camelias, azaleas, rododendros...)
40% turba rubia.
30% corteza de pino.
20% arlita.
10% humus lombriz.
Sustrato para bonsáis.
70% akadama.
30% kiryuzuna.
Sustrato para huerta y árboles frutales.
40% compost.
30% turba.
20% perlita.
10% estiércol maduro.

Sustrato para orquídeas.
60% corteza de pino.
20% humus de lombriz.
20% carbón vegetal.
Sustrato para plantas carnívoras.
60% turba rubia.
30% perlita.
10% musgo sphagnum.
7. Cosas que no se suelen explicar y viene bien saber:
7.1 Elementos como la grava, la perlita, la akadama, el kiryu, la grava/greda volcánica, arlita y similares es recomendable lavarlos (meterlos en remojo y aclararlos) antes de utilizarlos. Contienen mucho polvo que tapona esos poros que hacen a estos elementos indispensables para un sustrato ideal.
7.2 Antes de comprar una planta es recomendable saber qué pH necesita en el sustrato. Plantas como las azaleas, rododendros, gardenias, hortensias y demás necesitan un pH ácido. Si no proporcionamos el sustrato adecuado, habrá problemas a corto o medio plazo. Todo dependerá de la especie y lo tolerante que sea.
7.3 Que un sustrato sea muy drenante no implica regarlo todos los días.
7.4 Un sustrato rico en nutrientes es importante, pero ningún sustrato es eterno y habrá que abonarlo para ir aportando nutrientes nuevamente a la mezcla.
7.5 Los sustratos comerciales no siempre son la mejor opción. Generalmente los sustratos que ya se venden hechos suelen dejar bastante que desear excepto un par de marcas concretas. Por eso siempre recomiendo hacer las mezclas nosotros mismos. Podemos ajustarnos mucho más a los parámetros que necesita cada una de nuestras plantas. Solo hay que jugar con los porcentajes.
7.6 Añade siempre en el fondo de la maceta dos o tres dedos de arlita o grava (es un material mucho más barato) hará de punto de drenaje, de aireación y evitará que se encharque la maceta con el plato.
8. Conclusión.

Existen los sustratos ideales de forma teórica y sobre el papel, pero aún a riesgo de que parezca contradictorio, el sustrato que para mí es ideal, puede no serlo para ti y no pasa absolutamente nada. Cada quien conoce las condiciones de su casa, su suelo y sus plantas.
Puedes tomar las mezclas mencionadas como puntos de partida y experimentar a partir de ahí. De eso trata está bonita afición.
Prueba, experimenta, equivócate, investiga y disfruta del proceso.