Hola
@fdjsk90 ,
Nunca he trasplantado esperando las fases lunares, la verdad. Hay gente que dice que sí y lo lleva a cabo de esa manera.
Leyendo artículos, parece que no todas las fases lunares son adecuadas para todas las plantas por igual
. Este enlace habla de eso, a ver si te ayuda en algo:
https://be.green/es/blog/la-relacion-entre-lo-que-ocurre-en-nuestro-planeta
Luna llena
En esta fase la savia fluye abundante y rauda desde las raíces hasta la parte superior de la planta. Esto tiene un impacto en el
crecimiento de la planta, se promueve el enraizamiento y el crecimiento radicular. Esta es una fase ideal para trasplantar, abonar y cosechar. También conviene limpiar las malas hierbas.
Luna menguante
La savia de
la planta comenzará a moverse hacia abajo. La planta estará absorbiendo más agua y nutrientes, se hace más fuerte aunque no crezca mucho. En menguante hay poca cantidad de luz de luna, así que es el momento ideal para hacer trasplantes, porque las raíces crecerán de forma vigorosa. También es un buen momento para plantar tubérculos, rizomas y bulbos. SI tienes malas hierbas, aprovecha para sacarlas en esta fase.
Luna nueva
La savia se mueve hacia la parte inferior, concentrándose en las raíces. No hay rayos lunares, así que la germinación de semillas es mínima. El crecimiento de las plantas es pobre y limitado, casi como un reposo. Es el momento perfecto para podar tus plantas, pues al no haber gran concentración de savia en las ramas, las heridas causadas por la poda se recuperarán más rápido y habrá menos riesgo de infecciones. Si tienes plantas enfermas, puedes podarla pues estarán listas para recuperarse en la fase creciente.
Luna Creciente
La savia se mueve de forma ascendente desde las raíces hasta la parte superior, por lo que vemos el crecimiento del follaje. En esta fase puede estimularse la floración y maduración de las plantas. Hay una buena cantidad de luz de luna y el agua del suelo se mueve con más facilidad a las raíces. Por esta razón esta fase lunar es perfecta para sembrar y germinar semillas. Puedes aprovechar para preparar el suelo, sembrar, cosechar y hacer injertos. Evita abonar, podar y desyerbar.